La cultura de la impunidad alimenta en gran medida la recurrencia de los conflictos y la perpetuación de los delitos más graves, en particular los de carácter sexual y de género, por lo que constituye un gran obstáculo para el establecimiento del Estado de derecho y el restablecimiento de una paz duradera en la República Democrática del Congo (RDC).
Décadas de dictadura y conflicto, que han sumido a la RDC en el caos y la desolación, han socavado gravemente el Estado de derecho y minado la confianza de los ciudadanos en la capacidad de sus instituciones para impartir justicia. En efecto, es evidente que la justicia congoleña, mal equipada y disfuncional, no dispone de los medios necesarios para poner fin a la cultura de impunidad de los crímenes masivos del pasado y del presente.
Por ello, desde hace muchos años, trabajamos sin descanso junto a las víctimas y los supervivientes para que se tenga en cuenta el valor añadido de todos los mecanismos de justicia transicional en la RDC, teniendo en cuenta la dimensión internacional de los conflictos.
La expresión de voluntad política por parte del Presidente de la República de incluir la justicia transicional en la agenda del gobierno en diciembre de 2020 suscitó la esperanza de que las autoridades congoleñas adoptaran y aplicaran una estrategia nacional de justicia transicional, tal y como recomiendan numerosos informes, entre ellos el Mapping Report de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Con el fin de enriquecer el debate, la Fundación Panzi publicó en junio de 2021 una "Advocacy note for the adoption of a holistic national transitional justice strategy in the DRC", en la que subraya la necesidad de combinar mecanismos judiciales y no judiciales, que son complementarios, y de dar prioridad a los enjuiciamientos para acabar con la impunidad y a las reformas institucionales para garantizar la no repetición.
Además, tras las consultas organizadas por el Ministerio de Derechos Humanos en varias provincias de la República, un comité científico encargado de elaborar un proyecto de política nacional de justicia transicional (PNJT) en la RDC presentó su informe final en diciembre de 2022, con anexos que incluían un proyecto de política nacional, un proyecto de ley marco de justicia transicional, un proyecto de ley orgánica de creación de salas especializadas mixtas y un cronograma de todo el proceso.
Si bien insistimos junto a numerosos expertos en la necesidad de adoptar una política nacional y una estrategia nacional holística de justicia transicional, integrando todos los mecanismos para que se lleven a cabo simultáneamente en la medida de lo posible (reformas institucionales y garantías de no repetición, enjuiciamientos, reparaciones, El 26 de diciembre de 2022, el Presidente firmó la ley FONAREV sobre la protección y reparación de las víctimas de violencia sexual relacionada con el conflicto y de crímenes contra la paz y la seguridad de la humanidad.
Unos meses más tarde, en la apertura de la 52ª sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, el 27 de febrero de 2023, el Presidente reafirmó su compromiso con la aplicación de la justicia de transición en la RDC, comprometiéndose, por una parte, a presentar el anteproyecto de ley marco al Parlamento en marzo de 2023 y, por otra, a trabajar para la creación de un Tribunal Penal Internacional para la RDC o de un Tribunal Penal Especial y salas especializadas mixtas.
A día de hoy, el proyecto de ley marco aún no ha sido adoptado. Resulta, pues, curioso oír al Jefe del Estado "abogar" por un objetivo que entra ampliamente en su esfera de responsabilidad. En efecto, la abogacía es el sello distintivo de la acción de la sociedad civil, mientras que un Presidente está llamado a "decidir", actuar y crear las condiciones para que sus prioridades fructifiquen. Sin embargo, hasta la fecha, la RDC no ha presentado al Consejo de Seguridad de la ONU ninguna carta oficial pidiendo la creación de un TPIRD, ni se ha puesto en marcha ninguna iniciativa diplomática congoleña para trabajar con un Estado miembro del Consejo de Seguridad en la redacción de una resolución que resuelva esta cuestión.
Por último, con motivo de la inauguración, el 2 de agosto de 2023, de la jornada de conmemoración del genocidio congoleño, el Presidente "animó al Parlamento a aprobar leyes destinadas a apartar a los autores de crímenes del acceso a puestos de responsabilidad", afirmando que las viejas recetas -leyes de amnistía o integración en las administraciones públicas- que consagran la impunidad deben caer en el olvido, y expresando su deseo de poner fin a la inmoral política de conceder ascensos a quienes deberían responder de sus actos ante la justicia nacional e internacional.
Una vez más, el Jefe del Estado no parece comprender la importancia de integrar las reformas institucionales en la aplicación de una estrategia nacional holística de justicia transicional, cuando el vínculo más evidente entre la justicia transicional y la reforma institucional es precisamente el establecimiento de un procedimiento de depuración de los funcionarios del Estado. Por otra parte, el Presidente no parece ser sensible al principio de coherencia, habiendo, entre otras cosas, aprovechado la última remodelación del gobierno en marzo de 2023 para nombrar a 2 antiguos señores de la guerra con el rango de Ministro y Viceprimer Ministro, después de haber nombrado, dos años antes, el 7 de agosto de 2021, a un antiguo miembro del Rassemblement Congolais pour la Démocratie y líder de una milicia, la Alliance de Libération de l'Est du Congo (ALEC), próxima al M23 y a Ruanda, como coordinador nacional del Programme National de Démobilisation, Désarmement, Relèvement communautaire et Stabilisation (PDDRC-SS).
En este contexto, renovamos nuestro llamamiento para que, como todos los pueblos martirizados por la barbarie humana, las víctimas de las atrocidades masivas cometidas durante décadas en la RDC tengan derecho a una justicia integral, que incluya justicia, verdad, reparaciones y garantías de no repetición. Sólo entonces será posible hablar de reconciliación y completar la transición de la dictadura a la democracia, y de la guerra a la paz.
Denis Mukwege