Prioridad a la salud mental

El enfoque holístico de Panzi va más allá de la curación física, y garantiza que los supervivientes reciban terapia personalizada y acceso a redes de apoyo para ayudarles a afrontar y superar sus traumas.

Hacer frente al estigma

El apoyo psicosocial es el segundo pilar del modelo de curación holística de Panzi. Las supervivientes de la República Democrática del Congo sufren traumas emocionales y daños psicológicos por la violación y la violencia que sufrieron. La violación está muy estigmatizada en las comunidades congoleñas, y las supervivientes suelen carecer del apoyo de familiares o amigos. Los supervivientes encuentran consuelo y apoyo en los demás a través de las diferentes terapias (terapia individual, terapia de grupo, terapia conductual) que se ofrecen en el Hospital y la Fundación Panzi.

Además de las graves y complejas lesiones que sufren muchas víctimas como consecuencia de la violencia sexual, las consecuencias psicológicas de la violencia pueden ser aún más perjudiciales. Las víctimas que ingresan en Panzi muestran signos de depresión, miedo extremo, trastornos de la alimentación y el sueño, vergüenza de sí mismas, autodestrucción y autolesiones. A menudo se enfrentan a la exclusión social de su comunidad y tienen relaciones difíciles con sus seres queridos. 

En Panzi, la atención psicosocial es parte integrante del proceso de curación holística, ya que complementa el tratamiento físico. El objetivo de las intervenciones psicológicas de Panzi es ayudar a los supervivientes a volver a sentirse seguros, a confiar en los demás y a desarrollar un sentimiento de autoestima y amor por su cuerpo. También pretenden restablecer las relaciones con sus cuidadores y compañeros, proporcionarles un entorno de vida saludable y darles un sentimiento de pertenencia a su comunidad. 

Soluciones personalizadas

La atención psicosocial comienza con una reunión con un psicólogo para identificar las necesidades y planificar el tratamiento específico, que se lleva a cabo individualmente y en grupo. El componente individual tiene como objetivo proporcionar a las víctimas apoyo psicosocial o terapia adaptada, así como asesoramiento a los familiares para prevenir la marginación. El componente grupal pretende ofrecer servicios terapéuticos complementarios que pongan en contacto a los supervivientes con otras personas en una situación similar. 

Para ello, Panzi ofrece programas específicos como teatro, musicoterapia y terapia ocupacional (por ejemplo, arreglos florales, punto, costura y cestería). Estas actividades ayudan a procesar las experiencias y proporcionan alivio y un sentimiento de valía. Centrándose específicamente en el programa de musicoterapia, ofrece apoyo y curación de experiencias traumáticas pasadas. Este taller está dirigido por un psicólogo y un músico profesional con el objetivo de crear y grabar canciones juntos. Estas canciones se emiten después en la radio, en las redes sociales y se producen durante conciertos comunitarios. La musicoterapia parece ser una forma de disipar el estigma que puede causar la violencia sexual.

Así, los supervivientes se reúnen para expresarse, contar sus historias y buscar soluciones para ellos y sus comunidades. La Fundación Panzi, a través de diversos enfoques creativos, permite a los supervivientes dar testimonio de lo que a menudo está más allá del ámbito de lo posible.

En la musicoterapia, las supervivientes pueden escribir, interpretar y grabar canciones sobre sus experiencias, emociones y futuros sueños y esperanzas. Esto se convierte en una forma de catarsis y les ayuda a vincularse con sus hermanas supervivientes con las que colaboran. Esta foto es cortesía de nuestro socio implementador de musicoterapia, Make Music Matter.

Hilos comunes
Los supervivientes también pueden elegir participar en terapia artística, que incluye proyectos de bordado. Los supervivientes trabajan juntos en cohortes -o círculos- para diseñar, dibujar y coser escenas que representen sus experiencias o sentimientos. Esta foto es cortesía de nuestro socio ejecutor, el Proyecto Common Threads.

La expresión física es una parte importante de la curación. En Panzi, los supervivientes pueden participar en clases de baile, cursos de defensa personal y otras actividades que les ayudan a reconectar con su cuerpo y a reforzar su control personal y su autonomía.