Danzaterapia con Ami Lusambo

Como todo el personal del Hospital y la Fundación Panzi, Amina Lusambo (conocida cariñosamente como Ami por sus colegas) ha visto a demasiadas mujeres jóvenes y niñas enfrentarse a las devastadoras consecuencias de la violación como arma de guerra.

En Panzi, las supervivientes recibían atención médica y psicológica, pero seguían abatidas. El trauma y el estigma que habían soportado les atrapaban en un estado de silencio. Sobrevivientes de tan solo ocho años no podían procesar lo que les había sucedido y no sabían cómo expresarse.

Ami se dio cuenta de que la danza era una forma de que los supervivientes volvieran a conectar con sus cuerpos y que podía ser un método sostenible para hacer frente a los síntomas del TEPT, la depresión y la ansiedad. La danza también se convirtió en una plataforma para que los supervivientes establecieran relaciones con otros supervivientes que comprendían sus experiencias y su dolor.

"Se puede hacer más en un mes de danza que en tres meses de psicoterapia".

Aunque Ami ha sido testigo de los beneficios de la terapia de la danza durante años, la comunidad científica está reconociendo ahora formalmente los beneficios de las terapias basadas en el movimiento, especialmente cuando se aplican a quienes sufren de TEPT.

Las mujeres participan en la terapia de danza como parte del pilar psicosocial de Panzi.

Ami ha bailado con unos 400 supervivientes, la mayoría de los cuales tienen entre 11 y 20 años. Le apasiona especialmente trabajar con niños supervivientes.

"Cuando un niño grita, debe conmoverte como si fuera tu propio hijo", dijo con rotundidad, subrayando el papel de nuestra responsabilidad colectiva.

Además de dirigir la terapia de danza, Ami se está formando para convertirse en psicóloga clínica. Para contrarrestar el desgaste emocional que afecta a muchos psicólogos que trabajan con supervivientes, Ami considera las sesiones de danza como su propia forma de terapia.

"Es responsabilidad de todos alzar la voz de los supervivientes".

Ami sigue manteniendo el contacto con muchas mujeres que bailaron junto a ella. Algunas se han enamorado, se han casado y han tenido hijos. Aunque el trabajo es desafiante y emocionalmente exigente, su creencia en nuestra responsabilidad colectiva de apoyar a las supervivientes la hace seguir adelante.

Amina Lusambo es la instructora de danzaterapia de Panzi y actualmente se está formando como psicóloga clínica.

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