Cruel. Complejo. Crítico.
Esta es nuestra crisis.

Cada año, desde el comienzo de las Guerras del Congo en 1996, innumerables mujeres y niños han sido violados y agredidos brutalmente. Una táctica deliberada, la intención es destruir las comunidades ejerciendo poder e influencia.

Sin atención sanitaria ni intervención de apoyo, las consecuencias para cada mujer y niño pueden ser devastadoras. A menudo se quedan sin nada: sin hogar, sin comunidad y sin ayuda.

En los 200 idiomas que se hablan, la república democrática del congo ni siquiera tenía una palabra para designar la violación. Entonces empezó la guerra.

Heridas físicas

Los traumas ginecológicos, como las fístulas, los desgarros y los prolapsos, son tristemente frecuentes. Si no se curan adecuadamente, pueden provocar dolor de por vida, incontinencia, desfiguración, estigmatización e imposibilidad de tener hijos.

25,000+ women suffering from fistulas or prolapse.
since 1999

Trauma psicológico y espiritual

Además del dolor físico, es comprensible que las supervivientes de una violación presenten síntomas de depresión y TEPT, como miedo extremo, trastornos de la alimentación y el sueño, autoinculpación y culpa, autolesiones y preocupación por el abandono.

"Ya no puedo hacer lo que hacía antes. No disfruto de nada. Vivo sola con los niños e intento aguantar la carga yo sola". - Sra. M, superviviente

"Mi marido huyó de mí diciendo: 'te han violado, sal de mi casa'. "
- Sra. M, superviviente

Aislamiento y estigmatización

Al igual que los supervivientes de agresiones sexuales en el resto del mundo, los de la RDC suelen ser rechazados por sus familias y comunidades. Esta separación y estigmatización les impide obtener el apoyo, el amor, las oportunidades -e incluso los servicios básicos- que necesitan.

Aproximadamente el 60% de las mujeres que buscan tratamiento en Panzi no pueden volver a sus casas.

Juntos podemos
poner fin a esta crisis.

Únase a nosotros para ayudar a los supervivientes congoleños a recuperar sus vidas.

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