Observaciones preparadas para la entrega
Primer Ministro Stefan Löfven,
Señora Subsecretaria General Phumzile Mlambo,
Invitados distinguidos,
Señoras y señores,
Gracias, Primer Ministro, por la invitación a participar en el lanzamiento de la campaña sueca He for She, bajo los auspicios de ONU Mujeres.
Suecia es conocida en todo el mundo por promover los derechos de la mujer a nivel nacional e internacional y admiro su liderazgo político en la promoción de la igualdad de género. Pero debemos recordar que, ante todo, es gracias a las mujeres suecas que han luchado con ahínco en su lucha diaria por conseguir sus derechos.
La violencia sexual y de género existe en estado latente en todas las culturas y en todas las clases sociales en tiempos de paz, y se agrava en tiempos de guerra, donde las mujeres y las niñas son las principales víctimas de los conflictos decididos por los hombres y donde el estado de derecho no garantiza los derechos humanos de las mujeres.
En la República Democrática del Congo, el esquema patriarcal de nuestra sociedad ha sembrado la semilla de prácticas nocivas y costumbres retrógradas que mantienen a las mujeres como seres inferiores, como ciudadanas de segunda clase, sujetas a la discriminación en todos los niveles: familiar, comunitario y social. En la parte oriental del Congo, las mujeres viven con un miedo constante a ser objeto de violencia, donde su forma más extrema, la violación, se ha utilizado como estrategia de guerra durante las últimas dos décadas.
Señoras y señores,
Veinte años después de la Declaración de Pekín, no podemos sino reconocer la gran distancia que existe entre la realidad cotidiana de las mujeres y sus derechos reconocidos en los convenios internacionales, la Constitución y las leyes nacionales. En todo el mundo, todavía hay mucho margen de mejora. Esa brecha debe ser cerrada por mujeres y hombres, trabajando juntos.
Como hombres, no podemos permanecer en silencio mientras a las mujeres y niñas que amamos -las madres, hermanas, esposas, hijas, amigas, colegas y compañeras de nuestra comunidad- se les niega su posición en nuestra sociedad, su acceso a la educación, su acceso a las oportunidades económicas, los recursos o el apoyo, lo que socava las perspectivas de un desarrollo social y económico sostenible.
Señoras y señores,
Los derechos de las mujeres no sólo interesan a las feministas: es una cuestión global; es nuestra humanidad común y el futuro de nuestra sociedad lo que está en juego.
Debemos movilizarnos todos, trabajemos juntos, hombres y niños, mujeres y niñas, con un espíritu de respeto mutuo y solidaridad, para hacer de éste un mundo más sano, justo y pacífico para todos. Gracias.